Redacción
04/08/2010
Las lluvias monzónicas que desde hace una semana azotan Pakistán han dejado ya alrededor de 1.500 muertos y el número de personas afectadas por las inundaciones asciende a 3,2 millones. El balance de víctimas mortales se teme que se dispare cuando retrocedan las aguas.
Además, las peores lluvias en Pakistán en 80 años no cesan y el miedo a las epidemias, como el cólera, provocadas por el estancamiento de las aguas y la falta de agua potable y alimentos se junta con el temor a nuevas inundaciones.
Según Naciones Unidas, alrededor de un millón de personas habrían perdido sus casas o habrían huido de ellas, y el
Programa Mundial de Alimentos, que ha empezado a distribuir comida, cifra en 1,8 millones las personas que necesitan alimentos de forma urgente.
El río Indo, que traviesa el país de norte a sur, ve como aumenta su cabal sin cesar y el gobierno teme que la presa Warsak, la tercera mayor del país, se desborde. Esta presa se encuentra a poca distancia de la ciudad de
Peshawar, por lo que se baraja una evacuación forzosa de la zona.
Si inicialmente la zona más afectada era la provincia noroccidental de Khyber Paktunkwa, ahora también aumenta el riesgo en el suroeste, donde las riadas han alcanzadazo varias poblaciones y se teme que puedan afectar a la central eléctrica de
Kapco y a una refinería de petróleo. Unas 30.000 personas podrían estar aisladas en esta región y 300.000 se habrían desplazado.
Grupos humanitarios han criticado la lentitud en las tareas de rescate, ante lo cual el ejército ha respondido que han rescatado a la mayor parte de las comunidades que estaban incomunicadas y que se ha hecho lo más rápido posible teniendo en cuenta las malas condiciones meteorológicas.
Pakistán ha destinado 50.000 tropas para estas tareas de emergencia, pero según UNICEF la ayuda ha llegado a sólo una pequeña parte de los afectados y empiezan a registrarse actos de protesta contra el gobierno.
Varios países han prometido el envío de dinero y ayuda, pero las
agencias humanitarias han pedido una rápida respuesta internacional para hacer frente a la tragedia y evitar un desastre humanitario.
Por el momento, Naciones Unidas y países como Estados Unidos, Japón, China, Australia, el Reino Unido, Canadá, Indonesia y Corea del Sur han anunciado el envío de ayuda tanto monetaria como de comida, tiendas, ropa, medicamentos y otras necesidades de urgencia.