Eva Queralt
28/10/2010
El I Encuentro de Mujeres Asiáticas y Españolas, celebrado el pasado lunes 25 en
Casa Asia, en Barcelona, se convertirá en una Red de Mujeres Asiáticas y Españolas auspiciada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Este encuentro servía como preludio al VII Diálogo Oriente Occidente dedicado a la igualdad de género y el desarrollo.
Coincidiendo con el XV aniversario de la Conferencia de Beijing y el X aniversario de la Resolución 1325 de las Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad, Casa Asia ha querido dedicar a la igualdad de género la séptima edición de los Diálogos Oriente Occidente, que se han complementado en esta ocasión con el encuentro previo de mujeres.
Unas treinta activistas por los derechos de la mujer de España y de unos quince países asiáticos se han reunido en Barcelona para intercambiar opiniones y experiencias, especialmente en relación a tres temas: violencia de género y salud, participación política y desarrollo económico, y educación y la cultura para el desarrollo.
En la clausura de este encuentro, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, anunciaba la creación de una Red de Mujeres Asiáticas y Españolas, con sede en Barcelona, y que deberá consolidar el trabajo en red con Asia en cuestiones de igualdad de género.
VII Diálogo Oriente Occidente
Las representantes asiáticas, entre las que destacaba la ministra de Asuntos de la Mujer de Camboya, Ing KhantaPhavy, han protagonizado el Diálogo Oriente Occidente, celebrado los días 26 y 27, y que ha querido recordar la importancia de que los derechos de la mujer estén en la agenda global.
Durante dos días, académicas, representantes políticas, abogadas, periodistas, etc, han señalado que a pesar de los años pasados desde la Conferencia de Beijing, los avances han sido menores a los deseados, por lo que hay que seguir luchando por una sociedad igualitaria.
En la sesión plenaria inaugural, celebrada en el Consell de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, la directora ejecutiva de la Asia Society, Vishakha N. Desai, recordaba que dos tercios de las personas analfabetas del mundo son mujeres y las graves consecuencias sociales y demográficas de los infanticidios de niñas antes de nacer en países como India y China.
En las diversas mesas redondas y debates se ha tratado, entre otros temas, de la lacra que sigue siendo el tráfico de mujeres, ya sea para la explotación sexual o laboral, y los problemas de salud que surgen como consecuencia de ello.
En países donde el honor y la virginidad tienen un altísimo valor social –como Bangladesh o India-, el aumento de la violencia de género y la explotación sexual deriva en muchas ocasiones en suicidios. En algunos países, como Irán o Afganistán, el castigo a la víctima, y no al agresor masculino, incluso se institucionaliza.
Pero también se han difundido experiencias positivas. Una de ellas, es la unión de mujeres nepalíes que, durante el conflicto armado que han vivido durante diez años, han tomado las riendas de la sociedad y han conseguido, a pesar de la guerra, mejorar la economía del país, reducir los índices de mortalidad, de pobreza y de malnutrición, y crear redes de pequeñas empresas, aprovechando microcréditos, para sacar adelante a sus familias.
En los países de mayoría musulmana también se ve como una esperanza el surgimiento de varios movimientos de mujeres, como la Revolución Verde en Irán o el movimiento internacional Musawah, con sede en Malasia, que lucha por la igualdad de género a través de las reformas de los códigos de familia de los diferentes países.