Redacción
11/03/2011
China no consigue reducir el incremento de precios, que se ha situado en el mes de febrero en el 4,9% anual, la misma proporción que en enero.
El principal causante de esta
inflación es el precio de los alimentos, que representan un tercio en el cálculo del IPC y cuyo coste se ha incrementado en febrero un 11%. Mientras, los productos no alimenticios se han encarecido sólo un 2,3% anual.
El incremento de precios de febrero se sitúa sólo una décima por encima de las previsiones de los analistas, pero casi un punto porcentual por encima del objetivo del gobierno para el conjunto del año, que es del 4%.
La inflación ha sido superior en las áreas rurales, llegando al 5,5%, que en las urbanas, con un 4,8%.
El hecho de que el mayor incremento de precios se produzca en la alimentación preocupa especialmente al gobierno, ya que supone que las familias pobres deben destinar aproximadamente la mitad de sus ingresos a comida.
Por ello, se espera que el Banco Central siga implementando medidas para frenar la inflación. El gobernador de la entidad monetaria,
Zhou Xiaochuan, ha declarado en rueda de prensa que confía en alcanzar el objetivo del 4% anual y que hay mecanismos disponibles para facilitar la estabilización de precios, como subir los tipos de interés. De hecho, en los últimos meses, ya se han subido en tres ocasiones.
Zhou ha explicado que cabe la posibilidad de que los datos de inflación de febrero distorsionen sensiblemente la tendencia debido a la coincidencia con la celebración del año nuevo lunar, un período en que habitualmente se incrementan los precios, especialmente de los alimentos.
Con todo, Zhou ha afirmado que no se plantean una hipotética apreciación del yuan como medida para atacar la inflación.
El índice de precios de producción también ha registrado un fuerte aumento en febrero, con un 7,2% anual.