Redacción
09/05/2011
Aunque estas elecciones han transcurrido según lo previsto y una vez más el Partido de Acción Popular (PAP), que gobierna el país desde la independencia en 1965, ha confirmado una amplia mayoría de escaños que le permite legislar, los resultados representan un toque de atención y pérdida de popularidad.
La oposición no ha conseguido el gran avance que esperaba, pero sus discretos seis escaños triplican los resultados anteriores y muestran señales de cambio. El Partido de los Trabajadores, una de las seis formaciones que concurrían, es la que ha aglutinado los resultados y conseguido los seis diputados.
Tras el recuento y a pesar de la victoria, el primer ministro, Lee Hsien Long, ha reconocido que
el PAP necesita transformarse para adaptarse al nuevo electorado.
En sus primeras declaraciones ha anunciado que cambiarán la forma de gobernar y tendrán más en cuenta las iniciativas de la oposición. Asegura que los resultados muestran que se debe fomentar más el juego parlamentario para acercarse a la población, especialmente al voto de los jóvenes.
La cómoda mayoría del PAP, que incluso les permite modificar la constitución sin necesidad de pactos, no impide constatar una caída de popularidad. El hegemónico PAP sólo ha conseguido atraer al 60% de lo votantes, es el peor resultado de su historia.
El adelanto de las elecciones en más de medio año para aprovechar un espectacular escenario de recuperación económica no ha convencido a la población.
Los resultados demuestran que la inflación, el aumento de las diferencias sociales y la emigración preocupan más a la población que los datos macroeconómicos.
Dados los resultados el PAP se verá obligado a abordar estos temas. De momento el gobierno ya había anunciado cambios para que a las empresas les sea más complicado contratar a trabajadores no cualificados extranjeros y el permiso de residencia es más difícil de obtener.