Redacción
02/06/2010
Yukio Hatoyama, jefe del gobierno nipón, ha presentado su dimisión presionado por su propia formación, el Partido Demócrata. La popularidad de Hatoyama ha ido disminuyendo hasta caer por debajo del
20%, especialmente tras el pacto con Washington por el cual se mantiene la base militar en Okinawa.
La impopularidad de Hatoyama era un claro obstáculo para el partido ocho meses después de alcanzar el poder tras décadas de hegemonía liberal-demócrata. Con su dimisión, la formación de centro izquierda espera recuperar terreno ante las elecciones al Senado que se celebrarán el 11 de julio.
El punto culminante en la pérdida de apoyos de Hatoyama ha sido el incumplimiento de su gran promesa electoral, el traslado de la impopular base militar norteamericana de Okinawa.
A finales de mayo, Tokio y Washington llegaban a un acuerdo que permitía mantener esta base militar norteamericana en la isla de Okinawa, aunque un poco más al norte, en una zona menos poblada.
Tras este anuncio, el Partido Socialdemócrata anunciaba su intención de abandonar la coalición de gobierno con el partido de Hatoyama. La salida de esta pequeña formación de izquierdas de la coalición gubernamental dejaba a Hatoyama sin mayoría en el Senado.
Además, el hasta ahora primer ministro se ha visto afectado por varios
escándalos relacionados con donaciones poco transparentes y otros problemas financieros en el seno del partido en los que se habían visto envueltos sus más directos colaboradores.
Debido a estos casos, junto a Hatoyama también ha presentado su dimisión el secretario general y número dos del partido,
Ichiro Ozawa.
El partido decidirá este viernes quién sucede a Hatoyama. El favorito para ocupar el cargo es el hasta ahora número dos del gobierno y ministro de Finanzas, Naoto Kan.
La victoria del Partido Demócrata ocho meses atrás parecía haber puesto fin a los últimos años de inestabilidad en el ejecutivo, dado que Hatoyama fue el cuarto primer ministro en cuatro años.