Eva Queralt
30/03/2011
Corría el año 1947 y en la aldea llamada
Manu Majra, en el Punjab, llegaban pocas noticias de Delhi, la capital. Pero corría el rumor de que los británicos se habían ido, de que había masacres entre musulmanes, hindúes y sijs, y que tras la independencia el territorio se había dividido en dos estados, India y Pakistán.
Sin embargo, los rumores quedaban lejos. En Manu Majra la vida seguía como siempre, al ritmo que marcaba, como un reloj, el paso de los trenes. La mitad de los vecinos eran sijs y la otra mitad musulmanes, pero a nadie le importaba demasiado. Sólo había una familia hindú, la del prestamista Ram Lal, cuyo asesinato marcará el inicio de los días del odio.
Por más que Manu Majra se quisiera mantener al margen de lo que ocurría en el país, su estación de tren en un punto clave antes de llegar a la frontera del nuevo Pakistán hacía prácticamente inevitable que la llegada de trenes repletos de cadáveres dañaran la centenaria convivencia entre sus habitantes.
En
Tren a Pakistán (
Libros del Asteroide), Manu Majra es una metáfora del conjunto del país. Su autor,
Khushwant Singh, periodista y escritor sij nacido en tierra actualmente pakistaní, quiso mostrar su visión sobre el nacimiento de India y Pakistán de la forma que más sentimientos podía despertar, novelándola y convirtiéndola en una gran historia sobre la destrucción humana, el odio y la hipocresía.
Esta novela fue publicada en la India de 1956, menos de una década después de la partición, cuando las heridas y los recuerdos eran todavía muy recientes. Pero la novela no acusa, no hay buenos y malos, sólo hay personas que se transforman ante las circunstancias.
Khushwant Singh, que en la década de los años 50 iniciaba su carrera periodística tras trabajar varios años como abogado y diplomático, se inspiró para esta novela en unos hechos que él mismo había vivido en el verano de 1947, cuando se dirigía a la residencia de verano de la familia en las montañas, y que le marcaron profundamente: se cruzó con un grupo de sijs que le contaron orgullosos cómo acababan de asesinar a toda la población de una aldea musulmana.
Pero más allá de la realidad histórica que hay detrás de esta novela,
Tren a Pakistán es una historia de personajes, de héroes que se convierten en antihéroes por su incapacidad para actuar, y al revés, de ladrones convertidos en salvadores. Esta conmovedora novela denuncia además la facilidad con que se puede manipular a la población y hacer germinar el odio entre conciudadanos, una realidad que no ha dejado de ser vigente en la región seis décadas después.
Khushwant Singh, que ha sido editor de publicaciones como
Illustrated Weekly of India o el
Hindustan Times y diputado en el parlamento indio, ha publicado una extensa obra a lo largo de su vida, entre la que destaca una historia del sijismo y novelas como
Delhi: A novel o
The company of women.