Wen Jiabao visita a sus dos grandes socios en Europa

Redacción 28/06/2011 Tras una primera escala en Hungría al inicio de su gira relámpago de cuatro días por Europa, el primer ministro chino, Wen Jiabao, cierra importantes acuerdos bilaterales con sus dos principales socios comerciales.

Este lunes firmaba en Londres con su homólogo David Cameron un conjunto de acuerdos por valor de 2.200 millones de dólares y ambas partes fijaban el objetivo de doblar en 2015 el volumen actual de su comercio bilateral.

Y ello sin que Wen se haya ahorrado las críticas de Cameron por la situación de los derechos humanos en China, cuyos casos más visibles son los de los disidentes encarcelados o recientemente liberados pero sometidos a una férrea vigilancia policial.

Consciente de que Occidente, su economía, necesita a China como motor, Wen no se arrugaba en la conferencia de prensa conjunta con Cameron y exigía un mayor respeto de la comunidad internacional por la progresiva apertura de la sociedad china.

El hecho es que las críticas de Cameron, al margen de incomodar más o menos a Wen Jiabao, no están condicionando para nada el curso de los intercambios entre ambas economías.

Londres puede presumir de que las exportaciones británicas a China crecieron un 40% en el último año y apuesta por la emergente clase media china como destinataria de productos cada día más sofisticados.

El Reino Unido se configura así como el otro gran socio comercial europeo de China junto a Alemania, de largo la economía con más capacidad exportadora al gran mercado emergente, y la etapa final de la breve pero intensa gira de Wen.

La visita a Berlín está igualmente dominada por los sustanciosos contratos comerciales que las empresas alemanas esperan firmar para poder fabricar en la República Popular, pero con garantías de que su ventaja en conocimiento y desarrollo no va a acabar al momento en manos chinas.

Pekín considera necesario atraer inversiones alemanas en alta tecnología para superar la fase de mera fábrica global con la que se ha identificado a China en las dos últimas décadas.

El primer ministro chino también ha reiterado en esta gira que China, desde su condición de comprador de deuda europea, no piensa dejar caer el euro.

Y esta es su gran arma para conseguir que una economía poderosa como la alemana se avenga a sus condiciones.

Así lo demuestra la capacidad china de ralentizar la firma de nuevos acuerdos con el gigante de la aeronáutica europea, Airbus, si Bruselas impone una normativa más dura en materia de emisiones de CO2 a las líneas aéreas que quieran operar en los cielos de los Veintisiete.