30/07/2011
La
exposición “
Entre Utopía y Distopía”, curada por Gridthiya Gaweewong (Bangkok, Tailandia), trata de ofrecer los distintos niveles de lecturas de artistas que exploran tanto espacios físicos y mentales así como contextos socio-políticos e históricos de las utopías y distopías asiáticas. Los proyectos son producidos por destacados artistas jóvenes cuyos trabajos han sido estratégicamente creados dentro de localidades específicas, cada una históricamente significativa en su propio contexto.
El título funciona como marco metafórico y conceptual, así como punto de partida para la muestra, la cual explora las bases de las sociedades represivas de aquel continente. Entre los artistas participantes se encuentran Naeem Mohaiemen (Bangladesh), Desire Machine Collective (India), Hafiz & Forum Lenteng (Indonesia), Tsuyoshi Ozawa (Japón), Ashmina Ranjit (Nepal), Vandy Rattana (Camboya), Dinh Q. Le (Vietnam), Rirkrit Tiravanija, Apichatpong Weerasethakul y Uruphong Raksasad (Tailandia).
Los lugares en los que trabajan son significativos; espacios físicos, políticos y sociales periódicamente amenazados por la insurgencia, estados de excepción o desastres naturales. Esta exposición busca compartir sus visiones, inspiraciones y propuestas de alternativas con la comunidad artística en México y públicos de otras partes del mundo.
Reconstrucción histórica y de memoria social
Gridthiya Gaweewong asevera que cuando las sociedades se enfrentan a dramáticas transformaciones –como los cambios de régimen, las épocas de gran agitación política e ideológica– sus demandas de re-investigación se vuelven apremiantes.
En la actualidad, dice, dicha conciencia circula de manera mucho más extensa entre los intelectuales y la comunidad en general a través de las redes sociales y los medios de comunicación alternativos. “Desde la descolonización, la mayoría de los países asiáticos han estado luchando por reescribir su historia. La Historia siempre es escrita por los vencedores y siempre habrá historias que permanezcan olvidadas y sin contar. La Historia y la memoria social selectiva son producidas y controladas por el Estado y distribuidas a través de los medios de comunicación de masas y las instituciones. Las historias perdidas y encubiertas nos persiguen como los fantasmas de nuestras tradiciones y los eventos del pasado reciente habitan diariamente en nuestras mentes. La pregunta es ¿Cómo podemos lidiar con esto y avanzar hacia el futuro?”
La producción artística, señala la curadora, se enfrenta a la gran necesidad de sacar a la luz la historia no-escrita del Estado-nación y de moldear una nueva dirección a través del proceso de reconstrucción histórica y de la memoria social.
Estos procesos, agrega, están desarrollándose en niveles muy desiguales en el Sudeste asiático debido a las diferentes situaciones geopolíticas de cada país, en contraste con el sur de Asia en donde los artistas han estado muy conscientes de estos problemas desde el periodo de post-colonización.
Los proyectos artísticos que abordan la historia desde una perspectiva no oficial y desde áreas tanto urbanas como rurales incluyen Agrarian Utopia (Utopía Agraria), de Uropong Raksasad.
Su documental habla sobre los campesinos en el norte de Tailandia y plantea la pregunta ¿Cómo podemos soñar con la utopía mientras nuestros estómagos siguen gruñendo? Por su parte, Dinh Q Lê trabaja con un veterano de guerra japonés y un grupo de campesinos quienes lucharon contra el gobierno para reclamar su tierra durante cincuenta años en el Hyakuri Peace Park Proyect (Proyecto del parque Hyakuri de la Paz).
Apichatpong Weerasethakul retrata a campesinos comunistas, quienes fueron excluidos de la memoria social dominante del país en la década de 1970 en su video Phantoms of Nabua (Fantasmas de Nabua). En Camboya, Vandy Rattana siguió los vestigios del régimen Khmer Rouge tomando fotografías de los cráteres de bombas esparcidos a lo largo de su país.
Al tratar con las luchas en Nepal, Bengala y Assam, los artistas negocian con el Estado por sus derechos y por la justicia social. Desde el paisaje urbano de Katmandú, hasta Dhaka y Guhawati, estos artistas sobrepasan la posición de observador para convertirse en activistas sociales. El performance Tamas, de Ashima Ranjit, utiliza el símbolo nacional de la vaca para referirse a los problemas crónicos de Nepal, mientras que Naeem Mohaiemen, en su instalación Dhaka, Live true life or die trying (Vive una vida verdadera o muere en el intento), captura el conflicto político entre los Islamistas y los izquierdistas, al seguir por las calles a ambos mítines.
En Assam, un estado en el noreste de la India, el proyecto Residue (Residuo), realizado por el colectivo emergente Desire Machine Collective (Sonal Jain y Mriganka Madhukaillya), aborda la relación entre la materia y la memoria al filmar las plantas eléctricas térmicas en las afueras de su ciudad. A su vez, Hafiz Ruru guía a Forum Lenteg en la creación del Massroom Project, una video-instalación que encapsula las experiencias colectivas de un grupo de artistas jóvenes y un realizador de videos que administran un taller y colaboran con una comunidad en Yakarta. Juntos, exploran el rápido crecimiento económico de una de las zonas urbanas más grandes del sudeste asiático, que da origen a una serie de flujos migratorios tanto internos como externos.
Entre la realidad y la imaginación, las armas vegetales (Vegetable Weapons), de Tsuyoshi Ozawa, exponen el problema de la comida, la violencia y la guerra mediante el uso de vegetales locales para construir armas que critican y satirizan lo absurdo de la guerra.
Para recapturar la historia política de la guerra el artista tailandés Rirkrit Tiravanija trabaja en el proyecto 100 Years Pictorical History of World Revolution (100 años de Historia Política de la Revolución Mundial). Tiravanija lidia con la historia política del conflicto y las luchas sociales en el último siglo al invitar a jóvenes estudiantes de arte a trabajar en un mural en proceso continuo (a realizarse durante el periodo de exhibición de la muestra). Esta pieza en constante desarrollo plantea preguntas acerca de los problemas políticos sin fin, que resultan en levantamientos sociales en diferentes partes del mundo.
“Entre Utopía y Distopía” es la primera exposición del proyecto
Palestra y reúne una serie de trabajos multidisciplinarios producidos por artistas que realizan su práctica en la intersección entre el arte, la vida, la Historia y la memoria social, dentro del contexto asiático.
El proyecto Palestra, es una puesta simultánea y múltiple de prácticas artísticas de regiones y naciones que se colocan en los márgenes de la producción artística de las grandes metrópolis. Se compone de tres exposiciones realizadas por curadores de Asia, África y Europa del Este. El problema que las une es la pregunta por la condición y el estatus de la utopía —visión de un futuro ideal— en cada región o nación, así como el modo en que la producción artística ha interpretado y reaccionado a estas formas utópicas a partir de sus contextos geográficos y/o políticos específicos.
La exposición “Entre Utopía y Distopía” se puede ver hasta el 27 de noviembre en el
Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de Ciudad de México.
Fuente: Difusión MuAC