Redacción
05/09/2011
Al menos 27 muertos y más de medio centenar de desaparecidos es el balance provisional del paso del tifón Talas, el más fuerte y devastador que ha llegado a las costas de Japón desde 2004.
El Talas tocó tierra el sábado en la isla de Shikoku, al sur del archipiélago, con vientos de hasta 108 km por hora y fuertes lluvias que han provocado graves inundaciones y corrimientos de tierra.
Se ha desplazado azotando la costa oeste del centro de Japón, perdiendo fuerza y convirtiéndose en tormenta tropical. A su paso ha dejado un escenario desbastador afectando especialmente a la península de Kii, al sur de Osaka, y las prefecturas de Nara y Wakayama.
Pueblos enteros han quedado inundados e infraestructuras como carreteras y puentes muy dañadas. Algunas zonas han quedado aisladas y sólo se puede acceder en helicóptero. Los equipos de rescate siguen intentado localizar supervivientes en los escombros y se teme que el número de víctimas mortales aumente, según la agencia de noticias
Kyodo.
Los desastres naturales vuelven a afectar a Japón que hace menos de seis meses sufrió su peor terremoto, seguido de un tsunami que ha provocado el segundo accidente nuclear más grave de la historia. Se calcula que unas 20.000 personas perdieron la vida y el país debe hacer frente a importantes y costosos trabajos de reconstrucción.
El nuevo desastre natural se produce un día después de que el nuevo primer ministro, Yoshihiko Noda, jurase el cargo y nombrará a su nuevo ejecutivo. Noda se enfrenta a su primera prueba de fuego ya que su antecesor, Naoto Kan, se vio obligado a dimitir por las malas críticas a su gestión de la crisis provocada por el tsunami y el accidente nuclear de Fukushima.