Redacción
22/04/2013
Las autoridades chinas han actuado con rapidez enviado importantes efectivos del ejército, más de 17.000 personas, y maquinaria para conseguir rescatar con vida a los posibles supervivientes.
La población china también se ha movilizado para ayudar y el gobierno lo ha canalizado a través de un programa oficial de voluntarios.
Conforme pasa el tiempo desciende las posibilidades de encontrar con vida personas atrapadas entre los escombros.
El terremoto ha dejado aisladas numerosas aldeas ya que las carreteras han quedado cortadas por los desprendimientos.
El ejército ha tenido que utilizar drones (aviones no tripulados) para tener información del impacto de la catástrofe y el acceso a algunas zonas se ha tenido que hacer a pie.
Se trabaja también a contrarreloj para poder garantizar de nuevo el suministro de agua, luz y restaurar las redes de telefonía móvil para garantizar las comunicaciones.
El seísmo de 7 grados de magnitud en la escala de Richter se produjo a la 8:02 horas de la mañana (hora local) del sábado 20 de marzo cerca de la ciudad de Ya’an en el condado de Lushan, en la provincia de Sichuan situada en el suroeste del país. Desde entonces se han registrado más de 1.300 replicas.
La provincia de Sichuan ya registró un fuerte terremoto que provocó unas 90.000 víctimas mortales y cuantiosos daños materiales.
El primer ministro Li Keqiang se desplazó a la región el mismo sábado y sobrevoló en helicóptero la zona afectada para evaluar los daños. Sus primeras declaraciones fueron para asegurar que la prioridad se centraba en el rescate de los supervivientes y prometer a la población que se reconstruirá la zona y que las nuevas casas serán mejores que las que se han derrumbado.
En la televisión china se ha podido ver amplios reportajes del primer ministro hablando con los afectados, visitando los hospitales e interesándose por los enfermos y comiendo en una tienda de campaña. Todo un ejercicio de cercanía con la población.
En
China siguen muy presentes las críticas a las autoridades por los efectos del terremoto de 2008 en que murieron muchos niños al derrumbarse los colegios mientras otros edificios públicos se mantuvieron en pie. La mala construcción de los colegios fue achacada a la corrupción.