Redacción
08/10/2010
El disidente chino Liu Xiaobo gana el premio
Nobel de la Paz 2010 por su lucha no violenta en favor de los derechos humanos. El intelectual está en prisión desde diciembre de 2008 y ha sido condenado a once años de prisión por redactar y firmar la "Carta 08", un documento en el que se pedían reformas legales y democráticas en China.
A pesar de las presiones desde Pekín para evitar este premio, el Instituto Noruego del Nobel ha decidido reconocer la lucha de este activista chino. Concretamente, el presidente del Comité del Nobel, Thorbjoern Jagland, ha señalado a Liu como “el símbolo más importante de la amplia lucha por los derechos humanos en China”.
Jagland, antes de anunciar el nombre del ganador, ya había adelantado que sería una decisión controvertida. China había advertido largamente que otorgar este premio a un disidente chino sería una intromisión inaceptable en su política interna.
El ministro de Exteriores chino incluso había declarado un mes atrás que dar este premio a Liu supondría ir en contra de los propios principios de los Nobel.
Sin embargo, Jagland ha declarado que el nuevo estatus de China a nivel mundial debe ir acompañado de una mayor responsabilidad.
Liu Xiaobo, de 54 años, es un antiguo profesor universitario de Literatura que impulsó y firmó, junto a otros intelectuales chinos, la llamada "Carta 08", un manifiesto con reivindicaciones políticas que pedía el inicio de un nuevo proceso de reforma del sistema político en la República Popular y abogaba por una democracia multipartito.
Tras la publicación de la Carta, en diciembre de 2008 Liu fue encarcelado, y un año después fue condenado a 11 años de prisión por un delito de incitación a la subversión del poder del Estado.
La "Carta 08" era un documento inspirado en la Carta 77 de los disidentes checoslovacos y fue firmada por cientos de disidentes chinos. Pero Liu fue el único impulsor juzgado y condenado por ello, a pesar de que el resto de intelectuales había mostrado su predisposición a recibir el mismo trato que Liu.
Esta condena generó duras críticas a nivel internacional y tanto Estados Unidos como la Unión Europea habían reclamado su liberación, lo que desde Pekín se recibía como una grave injerencia a sus asuntos internos.
Liu tiene un largo historial como activista político y ya participó en las protestas de Tiananmen de 1989. En los últimos 20 años ha sido encarcelado en diversas ocasiones y en 1996 fue condenado a tres años de “reeducación” por desorden público tras criticar al Partido Comunista de China.
La última condena, a 11 años de cárcel, fue considerada por Amnistía Internacional como la más dura entre las 35 dictadas por este tipo de delitos en China desde 2003.
En mayo pasado, este escritor y crítico literario fue trasladado a una prisión en su provincia natal, y desde entonces se le permite ser visitado por su esposa una vez al mes y bajo custodia, ya que ella también se encuentra bajo vigilancia domiciliaria. Por ello se desconoce quién recogerá el premio, que Pekín ya ha calificado de "obscenidad".
Más información
Carta 08, publicada en la revista Foreign Policy
El premio que China no quiere ganar ( artículo de Foreign Policy publicado en
Human Rights Watch)