Redacción
26/11/2010
El gobierno de Corea del Norte ha advertido que las maniobras navales conjuntas que han programado Estados Unidos y Corea del Sur conducen a un riesgo real de guerra en la región. Pyongyang intenta llevar de nuevo la iniciativa elevando el tono retórico de sus amenazas.
Un comunicado de la agencia de noticias norcoreana advierte que las maniobras militares en las aguas que las dos coreas se disputan pueden provocar incidentes que
desencadenen una guerra en la región.
Corea del Norte responde al ataque sorpresa de la artillería norcoreana contra la isla de Yeonpyeong con unas maniobras navales conjuntas con Estados Unidos que participará con un portaviones para visualizar su apoyo a su aliado.
El gobierno surcoreano tiene dificultades para dar una respuesta adecuada a la agresión que no se traduzca en una escalada bélica que ponga en peligro su status quo y que no interesa a ninguno de sus aliados ni a sus vecinos, pero que a la vez no de una imagen de debilidad.
De hecho la opinión pública surcoreana considera que la respuesta dada hasta el momento por su gobierno ha sido muy débil y el ministro de defensa, Kim Tae-young, ha tenido que dimitir ante las críticas por su lenta y tibia reacción.
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, ha anunciado que reforzará el despliegue militar en las islas del mar Amarillo y modificaran sus reglas de combate para responder con más contundencia a las provocaciones del norte.
China ha pedido “máxima” moderación y contención a todas las partes. El primer ministro Wen Jiabao ha insistido en la necesidad de reanudar las conversaciones a seis bandas para avanzar en la desnuclearización de la península coreana.