Redacción
26/01/2011
Tras años de ser el primer destino de la inversión extranjera directa proveniente de las economías más desarrolladas de Europa y América, la economía india se ha convertido ahora en uno de los mercados más atractivos para los países con más capacidad de expansión, es decir, las potencias emergentes de Asia.
Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio dado a conocer por la consultora
Ernst & Young, que señala como dato altamente significativo, también, el hecho de que China ha avanzado numerosos puestos en la lista de inversores directos en India.
Concretamente, Pekín ha pasado del puesto dieciséis al noveno. Si bien el primer inversor internacional continúa siendo Estados Unidos, su ratio respecto al conjunto ha descendido del 45%, en 2003, al 30% el pasado año.
La caída en el volumen de inversión por parte de economías como Francia, el Reino Unido o Alemania ha sido compensada con el influjo de capital proveniente de China, Japón y Malasia.
A pesar de mantener algunos litigios fronterizos y rivalidades estratégicas como las dos grandes potencias emergentes que son, los intercambios económicos entre India y China se han disparado en los últimos años.
La inversión directa china en India se ha doblado en 2010 respecto a los datos del año anterior.
En el caso de Japón, las inversiones en India han superado, en los dos últimos, las que las empresas japonesas han hecho en China.
Con tales volúmenes, el informe de Ernst & Young sostiene que el número de proyectos de inversión extranjeros en 2010 se ha podido mantener en los mismos niveles que en 2009, alrededor de los 750.
A diferencia del caso de Estados Unidos, principalmente interesado en la deslocalización de servicios hacia la potente industria informática india, la inversión de origen asiático prefiere la automoción, la electrónica y las infraestructuras.
Los buenos augurios para los inversores extranjeros y para la economía india en sí misma solamente se ven ensombrecidos por el fantasma de la inflación.
Éxito e inflación
La consecuencia más directa del éxito de la economía india es el persistente avance de la inflación, contra la que el Banco de la Reserva lucha con sucesivas subidas de tipos, la última, anunciada este martes.
Un cuarto de punto más sitúa el precio del dinero en un interés del 6,5%, el nivel más alto desde principios de 2008.
India elevó los tipos de interés hasta en seis ocasiones entre marzo y noviembre de 2010 ante la fuerte subida de los precios, principalmente de los alimentos. Ésta es una cuestión delicada en un país de más de mil millones de habitantes en el que un porcentaje todavía muy alto dedica su gasto básico a la alimentación.
Con todo, la presión inflacionaria no ha cesado, por lo que los analistas esperaban medidas más duras.
La moderación con la que actúan ahora las autoridades monetarias se debe a que los resultados en la producción industrial a finales del año pasado sufrieron una marcada ralentización.