Redacción
07/04/2011
Durante la rueda de prensa semanal, el portavoz del ministerio de Exteriores chinos ha confirmado que Ai Weiwei está siendo investigado por presuntos delitos económicos. También ha advertido que la comunidad internacional no debe intervenir en asuntos internos de China.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos habían pedido explicaciones sobre el paradero y la situación de artista plástico que se había destacado denunciando la corrupción de la administración china y la falta de derechos y libertades fundamentales.
Es la primera confirmación oficial sobre la detención del disidente y tanto desde la
prensa estatal china como desde el ministerio se pretende tratar la figura de Ai Weiwei como un delincuente común y negar la represión política.
El martes el
editorial del “Global Times”, un diario estatal chino editado en inglés para el público occidental, describía a Ai Weiwei como alguien que había cruzado la línea roja de la ley y arremetía contra la ingerencia de la comunidad internacional por intentar modificar el sistema de valores en China y denunciar el deterioro de los derechos humanos.
Ai Weiwei fue detenido el domingo en el aeropuerto de Pekín cuando intentaba coger un vuelo a Hong Kong junto a su asistenta, a la que si se le permitió volar. Desde entonces su familia y amigos aseguran que no han podido contactar con él.
La policía también registró el estudio en Pekín de Ai Weiwei donde confiscaron documentos y detuvieron durante varias horas a algunos de sus colaboradores para interrogarlos sobre su trabajo, salarios y visados.
Ai Weiwei, de 53 años, es un reconocido artista de fama internacional que ha expuesto en numerosos países y una figura clave del arte contemporáneo chino. En la actualidad exhibe un provocador montaje en la galería Tate Moderm de Londres en el que ha reproducido cien millones de pipas de porcelana elaboradas a mano por artesanos chinos. En su país también era hasta hace poco un creador cotizado, hasta el punto que colaboró en el diseño del estadio olímpico de Pekín conocido como “el nido”.
Su detención no es el primer problema de Ai Weiwei con el régimen chino. En enero las autoridades demolieron su estudio en Shanghai y a finales de 2010 fue condenado a arresto domiciliario para impedir que asistiera a la entrega del Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiabo.
Además de reivindicar libertades y el respeto a los derechos humanos, el artista encabezó una campaña para denunciar que la muerte de miles de niños en el terremoto de Sichuan al derrumbarse las escuelas fue debida a la mala calidad de la construcción provocada por la corrupción.