Redacción
16/05/2011
Lee Kuan Yew, considerado el “padre” fundador del Singapur independiente, y padre del actual primer ministro ha anunciado que abandona el gobierno para facilitar el relevo generacional en el partido que lleva gobernando la ciudad-estado desde incluso antes de su independencia en 1965.
Lee Kuan Yew, de 87 años, fue primer ministro desde 1959 a 1990 y en la actualidad ocupaba el cargo de ministro mentor. Lee ha anunciado su retirada junto a Goh Chok Tong, su sucesor en el cargo entre 1990 y 2004, en lo que se puede calificar de una transición planificada para dejar en el poder al hijo mayor del primero, el actual primer ministro Lee Hsien Long.
En un comunicado conjunto los dos ex primeros ministros aseguran que
dejan el gobierno porque ha llegado el momento de que una generación más joven lidere el país en un momento de cambios difícil y complejo. Su retirada permitirá que se forme un nuevo gobierno de gente más joven que no esté condicionada por las figuras históricas del partido y que pueda conectar con la población.
La renunciad de Lee Kuan Yew cierra un periodo de la historia de Singapur. Famoso por sus controvertidas medidas de control de las libertades para potenciar la estabilidad consiguió en sólo tres décadas transformar la ciudad- estado de un simple puerto a un importante hub financiero y de servicios conocido como la “Suiza asiática”.
El Partido de Acción Popular (PAP) ha obtenido 81 escaños de los 87 que componen el parlamento en las elecciones celebradas el 7 de julio. A pesar de esta cómoda mayoría es el peor resultado de su historia y ha supuesto que la escuálida oposición triplique sus escaños.
El PAP, que decidió adelantar las elecciones más de medio año para aprovechar el tirón de la espectacular recuperación económica que vive Singapur, interpreta los resultados como un toque de atención de los electores que parecen distanciarse de la visión de partido único que ha reinado desde la independencia.
Tras los resultados, el actual primer ministro Lee Hsien Long se apresuró a anunciar que habría cambios en la forma de gobernar para fomentar el debate en el parlamento y se tendrá más en cuenta a la oposición. El simbólico relevo generacional anunciado por los ex primeros ministros es otro paso más en el intento de afrontar el nuevo periodo.