Redacción
05/07/2011
Las declaraciones realizadas por Matsumoto el domingo en las prefecturas de Iwate y Miyagi, las zonas que más han sufrido los efectos del tsunami, han levantado una agria polémica y han sido calificadas de
ofensivas para las víctimas.
Matsumoto, con lenguaje prepotente, aseguró que el gobierno ayudará a los municipios que presenten buenos proyectos, pero no a los que no tengan ideas para la reconstrucción y amenazó a las autoridades locales con que el gobierno no hará nada si no llegan a acuerdos entre ellos. Además reprendió públicamente a un dirigente local por llegar tarde.
La actitud de Matsumoto ha sido calificada de muy ofensiva sobre todo teniendo en cuenta que Japón se enfrenta a la peor catástrofe desde la II Guerra Mundial y que el número de víctimas supera las 20.000 entre muertos y desaparecidos.
Incluso para los estándares de la inestable política nipona la carrera de Matsumoto ha sido extremadamente efímera y, sobre todo, compromete la posición del primer ministro Naoto Kan, que precisamente había nombrado un ministro de la Reconstrucción y otro para coordinar los efectos del Desastre Nuclear como cortafuegos para evitar su desgaste en términos de popularidad.
Kan, muy presionado por la opinión pública y la oposición política por la gestión del accidente nuclear de Fukushima, se ha comprometido a dimitir cuando se estabilice la situación y se pongan en marcha las principales medidas para la reconstrucción.
Con el nombramiento de los dos ministros pretendía reforzar su gobierno, demostrar el interés con que se intenta dar soluciones a los problemas y evitar estar en primera línea.
Sin embargo, el comportamiento de Ryu Matsumoto, que juró el cargo el pasado 27 de junio, da nuevos argumentos a los partidarios de su dimisión.
La política en Japón garantiza una vida rápida y trepidante para los altos cargos. El primer ministro Naoto Kan, en su escaso año y medio de mandato, ha tenido que aceptar la dimisión de cuatro ministros por diferentes polémicas y Japón ha tenido cinco primeros ministros en los últimos seis años.