Redacción
27/06/2011
Naoto Kan ha reforzado su gobierno con
dos nombramientos para controlar los efectos del tsunami y la crisis nuclear provocados por el terremoto del pasado 11 de marzo.
Goshi Hosono, hasta ahora uno de los principales interlocutores entre el gobierno y la empresa responsable de la central nuclear, ha sido nombrado ministro encargado de supervisar y controlar los efectos relacionados con la crisis nuclear de Fukushima.
El actual responsable de la cartera de medioambiente Ruy Matsumoto, de 60 años, ha sido nombrado ministro encargado de la reconstrucción.
Al mismo tiempo el gobierno japonés ha empezado a medir los efectos de la radiación de la planta nuclear de Fukushima en la población iniciando los primeros
controles médicos. Las autoridades tienen previsto examinar a más de dos millones de residentes en la zona afectada por las emisiones de radiactividad.
Inicialmente se realizarán revisiones médicas a los 2.800 habitantes de los tres municipios cercanos a la central nuclear de Fukushima Daiichi –Litiate, Kawamata y Namie – para después ampliarse a toda la prefectura de Fukushima.
Los controles médicos se realizan en un centro especializado de Tokio, donde a través de análisis y contadores de radiactividad corporal se determina la cantidad de elementos radioactivos que han quedado acumulados en el organismo.
El objetivo es realizar un estudio de los efectos a largo plazo en la población de la exposición a la radiactividad, comparando los niveles de radiación y el tiempo que estuvieron expuestos a la fuga de partículas radiactivas.
El accidente de la central nuclear de Fukushima ha obligado a establecer una zona de evacuación forzosa en un radio de 20 kilómetros y se han desalojado pueblos situados hasta a 50 kilómetros de la planta donde se detectaron altas dosis de radiactividad.
El ejecutivo ha aprobado un fondo de 1.300 millones de dólares para hacer frente a los controles médicos de la población.
Además, la semana pasada se anunció que se repartirán más de doscientos mil dosímetros para controlar la radiación en los niños, uno de los grupos de población con más riesgo. El objetivo es tranquilizar a la población sobre los efectos del accidente nuclear.
Tepco, la empresa operadora de la central de Fukushima, ha conseguido poner en marcha
un sistema de refrigeración de los reactores que descontamina el agua y la hace circular para reutilizarla. El sistema es un gran avance para conseguir controlar y desmantelar la planta nuclear ya que las toneladas de agua contaminada generadas y su almacenaje eran una de las principales preocupaciones.
El sistema de tratamiento del agua se ha realizado con tecnología de la empresa francesa Areva y la estadounidense Kurion.
Según una encuesta realizada por el diario Nikkei, el 70% de los japoneses se muestran contrarios a que se reanude el funcionamiento de las centrales nucleares afectadas por el tsunami que se encuentran en revisión técnica. Actualmente 36 de los 45 reactores nucleares de Japón están en parada técnica.
Esta situación crea una auténtica crisis energética en Japón donde el 30% de la energía que se consume proviene de centrales nucleares.