Redacción
03/12/2013
El
Índice de Percepción de Corrupción 2013, que elabora anualmente la Organización No Gubernamental
Transparency International, estudia el nivel de corrupción en 177 países. De nuevo Afganistán y Corea del Norte comparten el terrible privilegio de ser dos de los países con más altos niveles de corrupción de todo el mundo.
Por el contrario, Nueva Zelanda, junto a Dinamarca, comparte la primera posición de los países menos corruptos del ranking mundial.
Singapur, en el quinto puesto del ranking, Australia en el noveno, Hong Kong en el quinceavo y Japón ocupando el lugar dieciocho completan la lista de los países asiáticos menos corruptos, por delante de potencias occidentales como Estados Unidos o Francia.
China, con el puesto ochenta, se sitúa más o menos en mitad de la lista de percepción de corrupción. En la India y Filipinas, que comparten la posición noventa y cuatro, aumenta la corrupción.
La organización destaca que en 2013, más de dos tercios de los 177 evaluados obtuvieron una puntuación inferior a 50, en una escala de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de muy bajos niveles de corrupción).
En el comunicado de prensa, la Presidenta de Transparency International, Huguette Labelle, indica que “El Índice de Percepción de la Corrupción demuestra que todos los países se enfrentan todavía a la amenaza de corrupción en todos los niveles de gobierno, desde el otorgamiento de permisos locales hasta la implementación de normas y reglamentaciones”.
Transparency International señala que la corrupción en el sector público sigue siendo uno de los mayores desafíos a nivel mundial, especialmente en áreas como los partidos políticos, la policía y los sistemas judiciales.
Las instituciones públicas deberían tener mayor apertura con respecto al trabajo que desarrollan, y los funcionarios deberían ser más transparentes sobre sus decisiones. Investigar y juzgar la corrupción sigue siendo una tarea manifiestamente difícil, según constata la ONG.
Los esfuerzos que en el futuro apunten a responder al cambio climático, la crisis económica y la extrema pobreza enfrentarán un obstáculo gigantesco, que no será otro que el de la corrupción, advierte Transparency International.
Propone que los organismos internacionales como el G20 deben tomar medidas enérgicas contra el lavado de dinero, asegurar una mayor transparencia de las empresas e impulsar la restitución de activos robados. “Es hora de detener a quienes cometen actos de corrupción impunemente. Los vacíos legales y la falta de voluntad política de los gobiernos facilitan la corrupción tanto interna como transnacional, y exigen redoblar nuestros esfuerzos para combatir la impunidad de los corruptos”, observa Labelle.