Redacción
12/07/2010
La derrota ha sido contundente. El Partido Demócrata (PD) ha obtenido sólo 44 escaños de los 56 que necesitaba para mantener la mayoría. Peor le ha ido a su socio de gobierno, el minoritario Nuevo Partido del Pueblo, que no ha conseguido mantener uno sólo de los tres escaños que tenía.
En las
elecciones de ayer domingo se renovaba la mitad de los 242 escaños que componen el Senado.
A pesar que el PD todavía mantiene la mayoría en la Cámara baja, el resultado electoral hará más difícil al gobierno de Naoto Kan llevar a cabo sus reformas económicas ya que fácilmente pueden quedar bloqueadas en la Cámara Alta, el Senado.
El Partido Liberal Demócrata (PLD), el principal partido de la oposición, avanza y consigue aumentar de los 38 a los 51.
La sorpresa la ha dado una nueva formación, el Partido de Todos, una escisión del PLD creada hace un año, que suma 10 escaños y ya se ha ofrecido a pactar medidas con el gobierno de Naoto Kan.
Los resultados ponen de manifiesto las dificultades del Partido Demócrata para gobernar. El PD llegó al poder el 30 de agosto del 2009 poniendo fin al hegemónico gobierno del Partido Liberal Demócrata que dirigía el país casi interrumpidamente desde el final de la II Guerra Mundial. El optimismo que provocó este histórico cambio se ha diluido muy rápidamente en la sociedad nipona.
El primer ministro Yukio Hatoyama, responsable del vuelco electoral, tuvo que dimitir a los ocho meses de jurar el cargo acosado por escándalos de corrupción financiera y tras tener que dar marcha atrás a la promesa electoral de cerrar la base naval norteamericana de Okinawa.
Naoto Kan juró el cargo el pasado 9 de junio y en este breve periodo ha visto cómo su popularidad ha caído del 66 al 43% y ya ha probado el fracaso en las urnas.
En una declaración televisada, Kan ha pedido disculpas y ha reconocido que no ha sabido explicar a sus compatriotas la necesidad de subir los impuestos como medida indispensable para contener el déficit fiscal. Sin embargo, se ha mantenido firme en el cargo y ha asegurado que no piensa presentar su dimisión ni convocar elecciones anticipadas. Ha dejado una previsible remodelación de su gabinete para septiembre.
La inestabilidad parece una constante en la política japonesa y la vida de sus primeros ministros es breve, cinco han jurado el cargo en los últimos cuatro años.