Redacción
18/07/2011
El máximo responsable de las tropas de la OTAN, el general estadounidense David Petraeus, presidió ayer domingo la transferencia en la que el contingente de Nueva Zelanda traspasó simbólicamente la seguridad de Bamiyan a los afganos.
Ha sido prácticamente la última intervención en Afganistán de David Petraeus como comandante de las tropas de la OTAN. Hoy ha cedido el mando a su sucesor, el general John Allen, y regresa a Estados Unidos para hacerse cargo de la CIA. En su discurso de despedida ha agradecido su trabajo a las fuerzas del ISAF y ha asegurado que el pueblo afgano está preparado para resistir una campaña de violencia e intimidación.
El proceso de transición se realiza a pesar de la coacción de los talibanes que no dejan de presionar con atentados para dar muestras del fuerte control que tienen sobre el territorio, sembrando dudas sobre la capacidad del gobierno de Afganistán para controlar el país.
El
último de los atentados talibanes se produjo ayer mismo. Un consejero de Karzai y exgobernador de la provincia de Oruz-gán fue asesinado en su domicilio en Kabul. El martes de la semana pasada la víctima fue el hermanastro del presidente afgano y hombre fuerte del sur del país. Mientras que hace escasas dos semanas los talibanes se atrevieron a atentar contra el hotel Intercontinental en la capital, utilizado habitualmente por altos funcionarios de la administración afgana, matando a once civiles.
Ayer se inició el proceso de traspaso de poderes anunciado por Hamid Karzai el pasado marzo. Bamiyan es la primera de las siete provincias que dependerán de las fuerzas de seguridad de Afganistán. También es una de las provincias con menos problemas ya que su población es de etnia hazara y siguen la rama chií del Islam, al contrario que los talibanes que son extremistas sunitas, por lo que no tienen muchos seguidores.
Las otras seis provincias restantes incluyen Kabul, Panjshir, y las ciudades de Herat, Mazar-e-Sharif y Mehterlam.
El total de las tropas de la OTAN desplegadas en suelo afgano asciende a 130.00, la mayoría, unas cien mil, son soldados norteamericanos.
El presidente estadounidense, Barak Obama, aprobó una retirada gradual de Afganistán. Al menos 10.000 soldados regresarán a casa antes de fin de año y antes de septiembre de 2012 las tropas se habrán reducido en 33.000 efectivos.
En 2014 las tropas de combate de la OTAN deben estar fuera de Afganistán y sólo se contempla que permanezca un pequeño contingente de asesores para realizar trabajos de apoyo y entrenamiento.