Redacción
18/04/2011
El presidente de Sri Lanka,
Mahinda Rajapaksa, se ha mostrado muy contrariado tras conocer el resultado del informe de Naciones Unidas sobre supuestos crímenes de guerra en la parte final del conflicto contra los tigres tamiles. Por ello, ha hecho un llamamiento a través de la prensa cingalesa para que las manifestaciones previstas para la conmemoración del 1 de mayo tengan este año como eje central el rechazo a esta investigación internacional.
El
informe, elaborado por un panel de tres expertos durante diez meses, fue presentado ante el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon el pasado 12 de abril y a la vez se envió una copia al presidente Rajapaksa.
La investigación apunta que ambas partes, tanto el ejército cingalés como los tigres tamiles, podrían haber cometido crímenes de guerra en la última fase de una guerra civil que duró casi tres décadas y que acabó oficialmente en mayo de 2009.
El gobierno de Sri Lanka mantiene que su acción fue una operación de rescate humanitario con ninguna víctima civil. Pero el panel de investigadores ha encontrado indicios, que de demostrarse, supondrían que las dos partes en conflicto cometieron numerosas violaciones de los Derechos Humanos.
Desde Colombo, se considera que este informe está lleno de errores y que es tendencioso. Por ello, el presidente ha llamado a convertir el Día del Trabajo en una demostración de fuerza del pueblo cingalés contra dichas acusaciones.
De hecho, durante el proceso de investigación ya hubo manifestaciones y protestas en Sri Lanka contra la decisión de Naciones Unidas, que fue entendida como un ataque a la soberanía nacional del país.
Según Naciones Unidas, en la parte final de este conflicto murieron 7.000 personas y miles de personas fueron forzadas a desplazarse. Varias organizaciones internacionales por los Derechos Humanos y la propia Unión Europea habían lanzado numerosas denuncias contra la actuación del ejército cingalés, como la de ejecutar sumariamente a los líderes tamiles.
El Ejército de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) se enfrentó durante 26 años a las fuerzas cingalesas por la independencia de la zona Norte y Este de la isla y la creación de un estado propio para la minoría tamil.