La economía china se desboca con un nuevo récord de inflación y un crecimiento del 9,7

Redacción 15/04/2011 El IPC de marzo se ha situado en el 5,4, seis décimas por encima del 4,9 que se registraba en febrero, un dato que ya había dado motivos de preocupación a las autoridades chinas porque se mantenía igual que en enero.

De hecho, el comportamiento de los precios de los últimos tres meses demuestra que las medidas de enfriamiento de la economía impuestas por el gobierno de Pekín no están dando resultado.

I ello a pesar que desde octubre el Banco de China ha elevado los tipos de interés hasta en cuatro ocasiones. Tampoco parecen surtir efecto las medidas financieras diseñadas para restringir el crédito, como el aumento de las provisiones de fondos que las entidades deben tener disponibles.

En particular el precio de los alimentos y de la vivienda preocupan seriamente a los dirigentes chinos, puesto que su descontrol es materia sensible en una sociedad todavía en vías de desarrollo.

Es más, estos nuevos datos hechos públicos por la Oficina Nacional de Estadísticas china chocan con el mensaje de equilibrio que las autoridades de Pekín se esfuerzan en transmitir a la sociedad.

Incluso la reunión que se celebra en Boao, en la isla china de Hainan, un foro similar al de Davos destinado a promover la imagen de Pekín como agente central de la economía mundial, está dominada por el mensaje de armonía del presidente Hu Jintao.

El crecimiento equilibrado, sin sobresaltos y con un reparto más justo de la riqueza, es la obsesión del régimen chino, consciente que graves desajustes en este sentido pueden llevar a millones de ciudadanos a la calle en demanda a la vez de justicia social y democracia.

Este desafío social pesa como una sombra permanentemente sobre el éxito de la economía china, inapelable a la vista de las cifras dadas a conocer este viernes por Pekín.

El crecimiento más dinámico del Planeta es el que ha situado a China en una posición de liderazgo entre las grandes potencias emergentes, como lo demuestra la cumbre de los llamados BRIC este jueves en Hainan.

El comunicado final refleja también ampliamente las tesis de Hu Jintao sobre el crecimiento armónico, la paz y la cooperación. La invitación a la cumbre de un quinto participante, Sudáfrica, a instancias de China, prueba también el intento de Pekín de fortalecer alianzas en los cinco continentes al margen de la hegemonía tradicional de Estados Unidos.

África es un continente clave para la nueva China, puesto que es una fuente inagotable de minerales y energía necesarios para alimentar al gigante.

Sin embargo, Sudáfrica no es ni de lejos una economía a la altura de los demás BRIC. Hubiera sido mucho más lógica, piensan los analistas, la presencia de economías como México o Indonesia en esta tercera cumbre de los emergentes.

En definitiva, es China quién lidera este nuevo grupo, que crece como un claro contrapoder ante Estados Unidos y la Unión Europea.

Por muchas razones, pero principalmente porque a diferencia de los otros miembros, es la economía que lo tiene todo: un mayor volumen, el mayor ritmo de expansión, un control político total sobre las decisiones, una ventaja indiscutible en competitividad y, además, peso político en la escena internacional, dado que dispone de derecho de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Ninguno de los otros BRIC reúne todas estas condiciones.